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Basurillas

Utopía

Hoy no voy a hablar del partido. Bueno, sí: hemos empatado épicamente un partido perdido a los diez minutos de empezar pues se han puesto con una ventaja de tres goles imposibles, en un principio, de superar. Vale. Ahora a lo que he venido aquí. Ayer prometí a Jose que le iba a enviar un artículo del mejor blogger murciano con diferencia. Es Yayo Delgado que nos deleita casi a diario con entradas en su bitácora Achopijo. Creo que lo que sigue resume a la perfección las carencias que Murcia tiene para tener un equipo permanetemente en la Primera Division:


"Utopía Murcianista

Imaginad que el domingo, desde las siete de la mañana tres mil hinchas se agolpan a las puertas de la esquina sur de la Nueva Condomina. Portan bengalas, banderas y banderornes, estandartes, pancartas de ánimo a los jugadores y entrenador. Tienen amor para todos. Imaginad que las radios envían a sus locutores a cubrir esa nueva representación de amor incondicional de una hinchada que responde siempre, esté quien esté, a un escudo, a unos colores, a una ciudad. Imaginad una hinchada unida, en bloque, cantando el viejo himno del Real Murcia que hace retumbar los bajos del estadio, mientras los medios de toda España graban cánticos y el ondear de cientos de banderas.

Imaginad que pasan dos, tres horas de amor incondicional, y llega el autobús del Real Murcia. La emoción se desborda y los cánticos se oyen más allá de la autopista. El bus no puede pasar del gentío… los seguidores llevan en volandas a sus jugadores, y la policía se ve desbordada, no puede contener el entusiasmo de ese grupo de auténticos héroes que ha decidido entregar su corazón para siempre al equipo de su alma. Bajan del bus uno a uno y los tres mil hinchas corean sus nombres. Mientras entran en el vestuario miran a un lado, a otro, atrás y adelante, y sólo ven caras de ánimo, escuchan gritos y cánticos y se ven rodeados de escudos murcianistas y banderas al viento. El humo de las bengalas nubla el ambiente, y vuelve a escucharse el himno murcianista, que retumba hasta en las taquillas del vestuario. Allí se quedan los tres mil, mientras las crónicas de los periodistas se contagian de la emoción al contar lo que está pasando en Murcia.

En el vestuario la adrenalina está al máximo. Los jugadores se gritan unos a otros, rezan y se encomiendan a la Virgen de la Fuensanta. No pueden fallar a esos incondicionales, no pueden decepcionarles, ellos siempre están ahí. Lo van a dar todo. Escuchan sus nombres coreados desde los pasillos y las escaleras de entrada a la Nueva Condomina, y se unen a los cánticos, minutos antes de salir a calentar. Cuando llega el Tenerife los jugadores se quedan atónitos al ver el espectáculo. Miran por las ventanas, desde lejos, cómo la marea murcianista está celebrando. Ya han escuchado por la radio la noticia, y todos, todos ellos, piensan que les gustaría jugar aquí, con una afición como esta, que apoya siempre, hasta en los peores momentos… y se emocionan.

Los tres mil ya son siete mil, y todo el murcianismo cubre el fondo entero de grana y blanco. El corner y los ultras preparan los mensajes para el tifo, y enseguida resuenan más cánticos. Sale el Tenerife a calentar y la pitada se escucha en Monteagudo. Antes de salir el Murcia, medio campo canta una Parranda con las bufandas estiradas. El fondo entero, y todo el corner, pulmón de los cánticos, avisan al contrario. Termina el canto a Murcia, aún falta media hora para empezar y la Nueva Condomina es una olla a presión. Animan a todos los jugadores, que van saludando en el calentamiento.

El entrenador cuestionado, el presidente, incluso muchos de los fichajes… El equipo en descenso, y con campo nuevo y aspiraciones de ascenso… pero los murcianistas parece que acaben de ganar la Copa de Europa… Esto es afición, esto es amor, señores, no hay palabras para narrar esto. El Real Murcia saldrá hoy al césped y ya irá ganando. Impresionante. Lo que estamos viviendo en la Nueva Condomina es algo que engrandece al fútbol, qué hace de este deporte algo diferente, ¡qué pasión! Es inenarrable… Dice la crónica de un periodista de radio cuando conectan con él en el nacional. El equipo se retira al túnel, entre gritos de ánimo de unos a otros, mientras 10.000 gargantas gritan los !!Murcia!! ¡¡Murcia!! que heredaron del Panadero de Archena.

Cuando salta el Real Murcia al césped, el campo se viene abajo. El Tenerife parece que viste calzón marrón, cagado por la patilla, y los jugadores del Murcia no pueden evitar que se les ericen los pelos de todo el cuerpo. La gran curva grana entona el Jamás, Jamás te dejará esta hinchada, que resuena como nunca sobre el techo de la Nueva Condomina, y se oye claramente desde el Parking de Ikea, en donde familias que no saben nada miran atónitas hacia todos los lados tratando de averiguar de dónde salen esos cánticos. Miles de papelillos revuelan por el césped y las gradas, y desde fuera se lanzan dos tracas y varios cohetes. El bufandeo es acojonante y las pancartas hacen que hasta el corazón del más incrédulo y mercenario de los futbolistas del Real Murcia se agrande y sienta un orgullo irrefrenable. La rabia brota en forma de lágrimas, la pasión llena las botas de los futbolistas y estalla el escudo en el pecho de cada uno de los 11 jugadores que van a dar su vida si hace falta: ‘Tu hinchada siempre estará detrás de ti’, ‘Si hoy hay que morir, moriremos nosotros, vosotros ganad’, ‘No hay amor más sincero que el futbolero, y nosotros sólo somos murcianistas’, ‘Nuestros gritos son vuestro sudor, y vuestros goles nuestro aire’, ‘Una sola alma, un solo escudo, un solo grito: Real Murcia Siempre’.

Ganar, perder, empatar… al murcianismo parece darle igual. Ellos cumplen con su parte, son hinchas, están enamorados, y sólo saben animar a los suyos. ¿Pitos? ¿Protestas? ¿Sentadas? Eso es para los que no están enamorados, para los que no entienden que el murcianismo es un sentimiento, que se disfruta con las victorias, y se defiende en las derrotas. El periodista de radio traslada la pasión a los oyentes, murcianistas del mundo, que aprietan los dientes y notan cómo se les pone hasta el último pelo de punta... Imaginad...

Imaginad que todos pensáramos así, que todos viviéramos así el murcianismo… No se si estaríamos en donde estamos, puede ser, pero imaginad, sólo imaginad, que esto, el domingo, fuera real… y ahora decidme si no os sentiríais mejor, animando 10.000 así, que yendo al campo a una sentada para pedir la cabeza de Clemente, el que al parecer es el único culpable de todo… Imaginad. Sólo imaginad.

Vale. "

3 comentarios

Pablo de Pedro -

Impresionante ojala pasara eso

Marinto -

Nada hombre. Gracias a ti por el comentario

achopijo -

Gracias!! No había visto esto hasta hoy!! CAMBIEMOS EL MURCIANISMO...

Gracias por tus palabras. Un saludo.